domingo, 2 de enero de 2011




Y que tal si hubo un error y el príncipe no se encuentra besando un sapo; que tal si el príncipe es un pájaro. Resultaría ser la conclusión perfecta, nosotras no volamos, por eso no lo podemos alcanzar, y si lo atrapamos, fácil se nos va de las manos. ¡Consigamos alas! ¡Consigamos alas!




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